Treinta y dos años llevo escuchando lo mismo y no me acostumbro. Unas veces con cierto tono de pena y en otras no tanto. Unas veces con más florituras para afirmarlo y otras mucho más tajante. Pero siempre hace el mismo daño. Siempre causa el mismo dolor dejando una cicatriz que difícilmente sanará, y mucho menos olvidará. No por orgullo o rencor, pero cuesta borrar de tu consciente cuando alguien te recuerda que no eres parte de su familia. Y es que hace unos días, una vez más me han vuelto a decir que «en estas fechas prefiero pasarlo con la familia».

Y sí, es verdad no soy de su sangre, no compartimos genes ni constitución, sin embargo, somos seres humanos con el mismo corazón y con las mismas ansias de ser queridos y aceptados. Yo no elegí crecer a 14.000 kilómetros de mi familia carnal, pero eso no hace que pueda encontrar a otras en mi camino y poder así compartir con ellas momentos buenos y otros no tan buenos. Compartir nacimiento de «sobrinos, no sobrinos de verdad», bodas, graduaciones, e incluso compartir funerales pero que al final hacen que la vida merezca la pena y no te sientas tan sol@ en el camino.  

Siempre he sido muy de hacer lo que realmente nace de mi corazón y ello conlleva que, si no me apetece ir a celebrar con alguien algo, simplemente lo digo y por supuesto lo hago. No voy. Porque es lo que realmente deseo pero eso no hace que no seamos más comprensivos con la gente que no tiene tanta «suerte».

Tal vez no sea tan complicado empatizar con la vida y las circunstancias de las personas que nos rodean.

Tal vez no sea tan complicado ponerse en el lugar de ese inmigrante que no tiene nada que perder cuando decide abandonar un país que lo está matando por dentro y entenderlo cuando en fechas así está más triste y sólo de lo habitual.

Tal vez no sea tan de «locos» querer compartir la vida y sus momentos e instantes bonitos con personas que no llevan nuestra sangre ni nuestro ADN.

Tal vez sí nuestro corazón estuviera más propenso y abierto a ayudar y amar incondicionalmente la vida sería más bella.

Tal vez sí…