Llegaron a la capital un caluroso día de mayo, a una hora de la tarde nada agradable para recorrer una ciudad nueva. 14000 kilómetros los separan de días de trabajo, estrés, líos y quehaceres varios, pero decidieron respirar y fluir. «No pensemos durante estos 20 días, fuera datos, fuera móviles». Sólo la ciudad que visitan, ellos dos, una cámara, una guitarra y un mapa que los lleve a los mejores rincones que las pupilas desean admirar. Han estado muchas horas volando y muchas más de espera, pero están felices de viajar, de conocer nuevos parajes y personas que creen en la magia de la amistad, la felicidad y la sencillez de la vida.

Están unidos desde los 8 años, se conocen tan bien que sólo con mirarse ya saben lo que su mente trama, desea y espera del otro.  No es fácil llegar a esto. Conlleva años de conversaciones, miles de temas tocados, tratados y desmenuzados al milímetro con mucha, mucha sensibilidad. La cual no posee todo el mundo. Ellos lo saben bien, durante años han estado defendiéndose de dimes y diretes sobre su amistad, sus gustos y su complicidad, pero la madurez les dio un toque de «paso de todo» y ya no se preocupan por eso. Los dilemas que les quitan el sueño son más profundos, reales y del día a día.

Siempre hay algo que tratar o cuestionar, posiblemente la última divagación por temas inhóspitos e insospechados haya sido en Lima. Todo se conversa en Lima y en el poquito espacio del aeropuerto recorrido. Era bastante feo por eso decidieron sólo recorrer una sexta parte de él. Los 1/6 siempre son importantes para Ema. Es un conflicto que tiene desde chico con las rayas de los vasos y lo que conlleva beber más o menos. Él es así. Diferente. Peculiar. Místico, sin más.

Pero Aar lo sabe, no le importa. Lo quiere así, lo conoció así y disfruta de su locura cuerda. Que dicho sea de paso casa a la perfección con su locura y su visión de los 1/6.

Aar también se siente a veces que no es de este mundo, su visión de las cosas es muy diferente a la del resto de mortales y las preguntas que se hace o hace a su entorno, no siempre son respondidas como a él le gustaría o simplemente no son respondidas. Pero él es así. Diferente. Peculiar. Místico, sin más.

Pero Ema lo sabe, no le importa. Lo quiere así, lo conoció así y disfruta de su locura cuerda.

Es un gusto verles hablar, divagar, reír, sentir, compartir…

Es un gusto cómo se tiene el uno al otro…

Es un gusto…. simplemente es un gusto su amistad.