Llevo una temporada replanteándome cosas. Será la edad que no perdona o los 40 que son muy malos. No veo normal tantas cosas que el día a día se me hace más duro cada vez…. A veces, eso también tengo que decirlo.
Soy muy de vivir a tope, viajar, conocer otras culturas, otras personas, ser valiente en las relaciones, en el amor…. pero llega un momento en que no sé realmente si me merece la pena. Todo mi círculo más allegado me dice que tengo que eliminar de mi vida follifriends, sexo por sexo y relaciones esporádicas. El motivo, según un muy buen amigo, es que si tenemos eso como «normal», será lo que atraigamos. En cierta manera es verdad. Si uno tiene un día torcido y va por el mundo contestando mal o malhumorado o simplemente triste, lo que recibas en ese día será eso, malas contestaciones, broncas, y demás formas de enfado. Pero eso si lo extrapolamos al amor y los sentimientos, lo podríamos razonar de igual manera. Sin embargo, desde que me divorcié he tenido lios, sí. Y muchos. Pero sólo dos de ellos me tocaron y bastante.
En el primero pensé que eso no pasaba, amor a primera vista, por ambas partes, todo perfecto. Pero me duró 10 puñeteros días. Sí, sí.. como lo oís. Ahí fue la primera vez que pensé seriamente que no me compensaba dejar a mis follifriends. Psicológicamente me sale más rentable. Sufro menos. Mi corazón se aflige menos. Porque yo sé separar muy bien, pero que muy bien. Pero si me dejo llevar, me dejo. Y ahí caigo en picado. Solución: seguir con sexo por sexo. Que eso siempre viene bien y da mucho gustirrinín. Aunque por la contra pienso que eso no es vivir del todo, no es arriesgarse. No es llegar a amar plenamente.
La segunda vez fue con un rollo o más bien con un clavo, sí lo usé, aunque suene muy feo, para quitar a otro. Y sabéis qué, no me funcionó. Estuve mucho tiempo con el segundo clavo y llegó a gustarme mucho pero…. se acabó. Será el karma que me lo está devolviendo. Y me duele que se haya acabado. Lo echo de menos. Quiero verlo. Quiero estar con él…
Y cuando llego a este punto vuelvo otra vez a pensar que no me merece la pena. Que yo tengo que seguir firme en mis pensamientos y en mi manera de ver las relaciones y seguir sabiendo separar como sé hacerlo. Me va mejor, no sé si es lo mejor, pero me funciona más. Sufro menos y pienso menos. Mi cabeza no se ve tan afectada. No sé si llego al punto de ser más feliz pero si estoy segura que tengo menos quebraderos de cabeza, al menos, hasta que encuentre a alguien que vibre en mi mismo nivel.
Ahí lo dejo…